Como ya se comentó, el pasado sábado 10 de junio, El Adelantado de Segovia publicó sobre Cayo es mortal. El artículo está suscrito por el periodista, Guillermo Herrero. Aquí dejamos la transcripción completa del mismo:
Lo peor que le puede pasar a un hombre es ver morir a un hijo. De la certeza de esta frase, muy extendida en el acervo popular, puede dar fe Juan Andrés Saiz Garrido. La enfermedad y muerte de Tatán Saiz Lobo le convirtió en un alma en pena, irreconocible hasta para los más cercanos. Alicaído, con el semblante triste y visiblemente más delgado, Saiz Garrido debió pasar entonces las de Caín.Ahora, pasado ya un tiempo, acaba de publicar un nuevo libro, ‘Cayo es mortal’ (Editorial Isla del Náufrago), donde relata toda aquella experiencia, dura, pero intentando, sobre todo, transmitir un mensaje de esperanza. “No es un libro para sufrir”, advierte a las primeras de cambio. En cualquier caso, no oculta la historia de Tatán, su hijo, un agente forestal lleno de vida que comienza a sentirse mal tras un viaje a Bolivia. El diagnóstico es contundente: cáncer de pulmón con metástasis ósea.
"Última" de El Adelantado del 10 de junio Poco después, Saiz Garrido se topa con una frase de Tolstoi en su novela ‘La muerte de Ivan Ilich’: “Todos los hombres son mortales; Cayo es un hombre, luego Cayo es mortal”. La cercanía de la muerte de Tatán supuso un auténtico mazazo para el escritor. Debía asumir la llegada de la parca, un reto mayúsculo.Tras el desenlace, Saiz Garrido se agarra a lo que más le alivia, la escritura. “Tenía una necesidad vital de escribir este libro; si no lo hubiera hecho no habría enterrado correctamente a mi hijo”, dice. Reconoce haber llorado redactando ‘Cayo es mortal’, pero agrega que esas lágrimas fueron “liberadoras”. Deseaba expresar sus emociones más íntimas, entendiendo que “si no las sacaba al exterior se iban a pudrir dentro, dejándome morir en vida”. En ese sentido, el libro fue un bálsamo para curar la herida. Siete meses tardó Saiz Garrido en componer la obra, y tres años ha permanecido en un cajón, hasta que su esposa, Marisa, ha dado el visto bueno a la publicación, que se complementa con una web, cayoesmortal.es colorista, donde se han recopilado fotos de Tatán en sus viajes por el mundo.“Entiendo que ‘Cayo es mortal’ puede ser un homenaje a nuestro hijo y, al tiempo, ayudar a familias que se sienten perdidas ante una situación similar”, sostiene el escritor.A nivel personal, Saiz Garrido confiesa haber aprendido escribiendo el libro; entre otras cuestiones dice haber descubierto que un hijo es un desconocido para cualquier padre. “A pesar de la buena química que yo tenía con Tatán, le he conocido mejor en su ausencia”, afirma.De los mensajes dejados por Tatán durante su existencia, Saiz Garrido quiere ahora rescatar, a modo de resumen, al menos dos: su pasión por vivir y su apología de la naturaleza. “Este libro —concluye Saiz Garrido— no busca un baño de lágrimas; al revés, es un canto a la vida”
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